La ocasión hace al bebedor

Desde que el tiempo es tiempo y el Hombre es Hombre, la Mujer (por supuesto, quién más) se las ha arreglado para producir alcohol: sea de la uva (de donde el vino sale chorreando, dijo el otro), las papas (como el vodka) o las lágrimas de mi padre al ver la quinta botella de pisco de la tarde derramada en el suelo, el ser humano toma lo que tiene a mano para evadir la realidad que le corresponde vivir.

Claro, la producción etílica tiene propósitos más loables que la mera defección de los que nos rodea. Uno de ellos sale a colación, precisamente, en estos días de celebración del Año Nuevo chino (les pasamos el dato, si no tienen otro motivo más por el cual beber hoy, pueden darle un contenido antropológico a la borrachera de viernes): tomar para celebrar es, después de desperdiciar dinero o envalentonarse para bailar, la principal razón de consumo alcohólico en el mundo.

Ahora bien, ¿qué consumir en cada ocasión? Les damos otro dato: las petacas no sirven siempre, pero, incluso cuando no sirven, son buenas aliadas.

Cumpleaños

Terreno sin Dios ni ley, los cumpleaños requieren varias distinciones al momento de elegir un trago: leche con chocolate si es el del sobrino (aquí entra la petaca), cerveza si es de un amigo bataclán o whisky de 18 años, si es el de tu suegro poco dado a cerrar el gabinete del licor.

Año Nuevo

Qué duda cabe: sin champaña, el 31 de diciembre no sería más que una excusa para beber sin control, abrazar a la vecina del 64 y cantar el Himno Nacional en una ocasión que, sinceramente, no lo requiere. Échele helado de piña si quiere, pero para este servidor mezclar helado con alcohol es una de las deleznables decisiones que la gente toma en esta fecha.

Funerales

Sé lo que están pensando: “este hombre carece de moral y es un alcohólico irredimible ¿Cómo se le ocurre ponerse a beber en medio de un funeral?” Pues bien, amigos de las buenas costumbres, el consumo de alcohol durante momentos tristes no lo he inventado yo y no voy a venir a destruir siglos de tradición de gente sufriendo, llorando y haciéndole linduras a la viuda. Además, ¿qué creen que es el Quitapenas?

 

Graduaciones

Además de las académicas, las graduaciones alcohólicas son importantes: no es lo mismo ser un junior que toma cerveza de 4,8º que un experto consumidor de piscos de 45º. Créanme, esto lo aprendí en mi graduación de 4º medio y todos los que me vieron bailar lo aprendieron conmigo.

Domingos

¿Qué? Los domingos son el día más aburrido de la semana y, por lo tanto, los mejores para convertir en una fiesta. En mi experta opinión, vino blanco, cerveza y piscolas (ya entrada la tarde) son los compañeros ideales para enfrentar a los carabineros cuando los vecinos empiecen a alegar porque el lunes “tienen que trabajar”. Aburridos.

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